Lo recuerdo como si
hubiera sido ayer.
En un encuentro de
pasillo.
Encerraba planes para
el día siguiente, risas, buenos deseos, buenas noches y dulces sueños.
Era de hasta pronto,
hasta prontito, hasta luego. Nadie sabía que sería el último. Nadie quería que
lo fuera.
Guardaba cosas
ocultas. La esperanza, la fuerza para afrontar el mañana.
Hoy necesito otro de
esos besos, de dulces sueños, de planes, de fuerza. Siempre lo necesito.
Pero me queda la
esperanza, el amor que nos tuvimos y la fuerza que es eterna.
Y el saber que te
abrazo cada noche, cada día y en cada sueño.
Que el hasta prontito
es hasta pronto, sin fecha prometida.
3/04/2014
Yamila Anahí Bordino
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