domingo, 11 de julio de 2010

No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.
La c r i s i s es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae p r o g r e s o s.

La c r e a t i v i d a d nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.

En la crisis nace la i n v e n t i v a, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la i n c o m p e t e n c i a . El problema de las personas y los países es la p e r e z a para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay m é r i t o s. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viendo es caricia.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. A c a b e m o s de una vez con la única crisis amenazadora que es la t r a g e d i a de no querer luchar por s u p e r a r l a .

Albert Einstein